La predicción de la Aemet para ayer era de cielos nubosos o muy nubosos y probabilidad mayor de lluvias conforme avanzara la tarde y de oeste a este, que no serían en ningún caso fuertes y sí persistentes y que se podrían producir hasta con un 80% de probabilidad. Esto hizo que los Via Crucis que esperaban procesionar en la capital sevillana al final decidieran, tras mucho tiempo de espera, quedarse en los templos, con la consiguiente desesperación de sus fieles, que encima vieron que esas predicciones se quedaron en apenas 4 gotas durante la tarde. En mi anterior entrada yo anuncié que los cielos el domingo estarían nubosos pero que apenas llovería, y casualmente acerté, pero me basé en las predicciones que había en ese momento. Nada original por mi parte. Esas probabilidades cambiaron conforme se acercó el domingo, aumentando esas probabilidades de lluvia, y erraron.
Es evidente que la Meteorología es una ciencia, pero las predicciones son efectivamente eso, probabilidades de que suceda con más o menos probabilidad un determinado suceso meteorológico. Es cierto de que disponemos de multitud de herramientas, satélites, modelos predictivos, etc, pero en estas ocasiones en cuando debemos darnos cuenta de que siempre queda ese porcentaje de azar y de error, que en esta ocasión se cometió, y que no podemos culpar de que apenas lloviera cuando se predijo que lo haría con una alta probabilidad. Las predicciones siempre tienen su porcentaje de error.
En nuestra provincia ocurrió tres cuartos de los mismo y apenas cayeron 4 gotas durante la tarde y esta madrugada ha caído poco más de 1 mm en todas las estaciones de la provincia excepto en Rute, que cayó aún menos. Parece que las posibilidades de lluvia hoy son bastante altas pero hasta la presente en todo lo que llevamos desde las 8 AM no ha caído ni una gota.
Así seguiremos hasta el miércoles y parece que luego los cielos se irán abriendo progresivamente y se producirá una bajada progresiva de temperaturas que culminará la madrugada del sábado al domingo donde podríamos situarnos nuevamente en valores de helada en las sierras.
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