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lunes, 11 de noviembre de 2013

¿Tendremos otoño este año?

Y es que salvo leves escarceos con días otoñales durante los meses de octubre y noviembre, muy pasajeros, no podemos decir que el otoño haya entrado aún en todo su esplendor. Llevamos un déficit hídrico este año muy importante, y aún no podemos decir que haya hecho realmente frío, al menos por aquí. En Córdoba capital las mínimas no han bajado casi nunca de los 10 grados, salvo en un par de ocasiones, y las máximas continúan por encima de los 24, como ha ocurrido en el día de hoy.

Al campo le falta verdor, está ávido de agua otoñal. Incluso los árboles están desorientados y aún brotan pensando que estamos en una segunda primavera. Se resisten a ponerse de color dorado. Aún están verdes los castaños. Hace un par de semanas aún pude injertar perfectamente naranjos.

Recuerdo que tradicionalmente el puente de todos los Santos ya era especialmente frío en mis años jóvenes. Este año, salvo las primeras horas matutinas, se podía ir en manga corta sin problemas.

Evidentemente si echamos la vista atrás, el clima va cambiando poco a poco. Los inviernos ya no son lo que eran. Es difícil ver heladas en nuestra capital, cuando hace 25 años se veían casi todos los días en los meses de diciembre a febrero. La influencia humana sobre el calentamiento del globo es indiscutible y si observamos la gráfica podemos ver el tremendo aumento de los gases de efecto invernadero desde principios de siglo y las previsiones para todo el siglo XXI. El siglo XX fue el más cálido de los últimos 1200 años. Durante el siglo XXI se prevé un aumento de temperatura entre 0,3ºC y 4,8ºC, dependiendo de las medidas que se tomen. Ya se hacen previsiones cataclísmicas para dentro de 5000 años, donde ciudades como Londres o Nueva York desaparecerán bajo las aguas. Quizá eso tenga menos importancia, porque para entonces es muy posible que no quede ningún ser humano sobre la faz de la tierra pero en los próximos 20 años, a la vuelta de la esquina, desparecerían multitud de pequeñas islas que están a pocos metros sobre el nivel del mar, en la zona del Pacífico, con las que he tenido ocasión de contactar via radio en muchas ocasiones.

El hielo ártico y antártico cada vez es menor y ya se habla de abrir vías navegables durante el verano en el ártico ya que el hielo está desapareciendo.

Ya se ven comportamientos anormales en muchas especies, desplazándose más al norte buscando aguas más frías. Las cigüeñas se quedan con nosotros todo el año y las especies migratorias cada vez llegan antes, y a mediados de enero ya se suelen ver los primeros aviones y golondrinas por nuestras ciudades.

¿Lograremos para esta escalada térmica?. Yo personalmente soy muy pesimista al respecto. La emisión de gases de efecto invernadero continúa.  EEUU, el líder en este aspecto, poco quiere hacer. El crecimiento desmesurado de países como China, que en próximas décadas será el primer país a nivel económico desbancando a los yanquis, y el auge industrial de la India, país que superará a China en población en los próximos años, auguran una mala solución al tema.

Este cambio climático traerá miseria a muchas zonas, que se desertizarán progresivamente, como Africa o el granero de EEUU, su zona central, donde cada vez será más difícil sembrar grano. Todo esto agravado por un aumento de los incendios, que devastarán grandes zonas. En zonas húmedas ocurrirá lo contrario, los fenómenos atmosféricos adversos serán mucho más frecuentes que ahora, y huracanes o tifones como el que acaba de arrasar Filipinas golpearán con frecuencia. A eso habrá que añadir el aumento de plagas y enfermedades que diezmarán a la población.

Eso sólo en el siglo XXI. ¿Realmente pensáis que hacer un pronóstico a 5000 años vista tiene algún sentido?

 



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