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viernes, 17 de abril de 2015

Los huevos azules de Darío

Claro, esto dicho así sin anestesia ni "ná", y sin dar las debidas explicaciones puede llevar a interpretaciones completamente erróneas. 

La más probable es que los lectores de este modesto blog se alarmen pensando que el pobre Darío ha sido coceado por algún cabrón (también esto habría que detallar que solo me refiero al macho de la cabra), y que ha impactado sobre sus testículos causándole un tremendo traumatismo escrotal con en consiguiente hematoma que es el causante del color azulado de sus queridas partes.

Pero tras la oportuna explicación que ahora daré, todo quedará aclarado y nadie resultará alarmado pensando en la salud gonadal del pobre Darío.








































La historia de los huevos azules de Darío comienza en el verano del año pasado. Un familiar de Rute, Mariano, muy aficionado a la colección de gallináceas de especies exóticas, regaló 3 valiosos huevos azules fecundados a Goyo para que los llevara a Zafrilla. 

Desde Rute hicieron un largo y delicado viaje hasta el pueblo, durante más de 5 h y casi 600 km atravesando media España. 

Al llegar, Darío los dio en adopción a una gallina yueca que los acogió rápidamente como si fueran propios y los incubó. De ellos nacieron 3 bonitos pollitos que poco a poco se hicieron grandes e independientes. 

Tras unas dudas iniciales, finalmente resultaron ser 2 machos y una valiosa hembra que sería el punto de partida de toda una nueva generación de gallinas de huevos azules zafrillenses.

Estas gallinas se denominan Mapuches o Araucanas y tienen un origen antiquísimo. De hecho hay multitud de teorías de su procedencia, pero lo que sí es cierto es que desde tiempos ancestrales se crían en Sudamérica, concretamente los Mapuches, indios de Chile y Argentina, son los que iniciaron su cría. Es una gallina de un tamaño inferior a las habituales y con una cola muy corta.


Esta raza de gallina, y  concretamente sus huevos, se han puesto muy de moda en los últimos años por los gourmets, por la fama de su bajo contenido en colesterol, algo que parece que es cierto. Evidentemente los huevos serán de mayor calidad si las gallinas se alimentan de forma natural, comiendo en libertad, como es el caso de estas gallinas mapuches zafrillenses.

Los huevos son de un color verdeazulado, de cáscara más resistente que los huevos normales, con una yema más grande y de un color amarillo intenso a anaranjado muy apreciado, debido a su alto contenido en carotenoides. Su cáscara más resistente los hace que duren más tiempo frescos por que se deshidratan con más lentitud que los de gallinas normales. El color azulado-verdoso se debe a un pigmento presente en el oviducto de estas aves, la biliverdina, que se incorpora a la cáscara en su tránsito antes de salir por la cloaca.

El futuro de estas gallinas zafrillenses araucanas de Darío es fabuloso, pues es el inicio de una generación de aves que poco a poco incrementarán su número. Él debe cuidar este patrimonio tan valioso que le ha sido otorgado y formar una gran granja de gallinas araucanas y ofertar estos increíbles huevos azules, bajos en colesterol, totalmente ecológicos a todo aquél que lo desee. Esta actividad económica, bien administrada, puede mejorar el oscuro futuro de un pueblo donde hay poco más que hacer para ganarse la vida que tener un rebaño de ovejas o cabras.

Los que quieran disfrutar de esta auténtica exquisitez podrán hacerlo en no demasiado tiempo, aunque evidentemente habrá que pagar un precio justo por degustar una "delicatessen" como esta.

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