Las cosas cambian totalmente cuando se ven a más de 2000 km. Es lo que me ocurre cuando contemplo desde el impresionante y cegador verdor de la bella Irlanda las temperaturas de mi querida Córdoba.
Dejamos España el domingo pasado con más de 40 y casi una semana después las cosas siguen igual, algo que ya avisé y que desgraciadamente se está cumpliendo.
La ola de calor, a la que probablemente aún le queden varios días, sigue machacando sin piedad el sur de España. Hoy se han vuelto a superar ampliamente los 40, al igual que ayer, donde El Viso marcó una máxima brutal superior a los 44.
Me imagino cómo tiene que estar ya la gente, y lo malo es que aún queda mucho verano por delante.
Las cosas vistas desde aquí pintan distinto, con lluvia a diario, viento, chubasquero y no más de 15 grados hoy. Impresiona el verdor de estos bosques, ciegan la vista, la frondosidad de los árboles, algo no conocido por mi ni en los años más lluviosos en mi tierra. Correr por estos bosques es una experiencia inolvidable.
Visto lo visto lo único que queda por decir es que pasen muy lentamente los días que nos quedan aquí ya que queremos seguir en el paraíso un poco más. Y por supuesto getting better our english, es increíble como aprendes cuando solo tienes a tu alrededor nativos que no tienen ni pajolera idea del idioma de Cervantes. Y lo contento que te pones cuando los entiendes.
Ya habrá tiempo de estar en el infierno.
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