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viernes, 4 de diciembre de 2015

La primera Pink Lady zafrillense

Siempre que visito Zafrilla me gusta enriquecer su masa vegetal y suelo viajar con algunos árboles para sembrarlos. También lo hago para que quede algo de mi paso por el pueblo, pues muchos años después de que yo solo sea un puñado de cenizas y quizá un vago recuerdo de alguien que no siendo nativo amó aquél pequeño y perdido enclave como si hubiera nacido en él, los árboles que voy llevando permanecerán muchos años más y serán una pequeña parte de mí que perdurará al menos un par de siglos más.


Hace unos años me empeñé en ser el primero que intentaba sembrar un naranjo en el pueblo. Evidentemente sabía perfectamente que las posibilidades de éxito eran mínimas, pero, no obstante quise comprobarlo personalmente y llevé una de las variedades más resistentes al frío, los llamados mandarinos Satsumas, en concreto la variedad Okitsu, una de las de mejor calidad.

Además lo hice cuidando el patrón sobre el que estaban injertados, pues es el que transmite a su vez su resistencia al frío. Logré encontrarlo injertado sobre patrón trifoliado Carrizo, muy resistente al frío, y ni corto ni perezoso me llevé 3 mandarinos al pueblo hace un par de años.

Goyo padre, con muy buena voluntad pero con poca convicción de que aquello diera alguna vez algo parecido a una mandarina los sembró en el mes de febrero.

En teoría los árboles podían aguantar temperaturas de -12ºC, lo que no es excepcional en el pueblo, pero le dije a Goyo que los sembrara en sitios protegidos del viento, que es lo que más daño hace.

Efectivamente así lo hizo, pero con tan mala suerte que varios días tras la siembra vino una ola de frío en los que cayeron -12ºC en el pueblo, y dos de ellos no llegaron a ver la primavera.

El tercero de ellos logró sobrevivir por estar junto al gallinero y a pesar de que perdió todas las hojas volvió a retoñar en primavera. Pero al invierno siguiente cayeron nuevamente los fatídicos -12ºC y finalmente murió.

Una vez que comprobé personalmente que aún no es posible sembrar naranjos en el pueblo, empecé a llevar variedades de frutales que aguantan más el frío.

Y digo "aún" con conocimiento de causa, porque tal y como va el calentamiento global es muy probable que en unos años veamos naranjos en el pueblo.

Paco el de la Veredilla me dijo un día que cuando él era joven era impensable sembrar un almendro en la aldea pues todos se helaban, y en la actualidad logran sobrevivir al invierno.

El invierno pasado me llevé 2 variedades que allí se dan sin problemas, un manzano y un cerezo.

Yo conocía las variedades más normales de manzano, Starking, Golden Delicious, Fuji, Granny Smith y las Reinetas, pero un día en el mercado mi esposa compró una variedad que me gustó mucho y que no conocía, la Pink Lady.

Entonces me encargué de buscarla por internet, algo bastante difícil porque su venta solo es posible a productores, pero al final me hice con un ejemplar y lo llevé al pueblo. También me llevé una variedad de cerezo de floración tardía, para evitar que las heladas le afectaran. Este tipo de manzano es de los más tardíos, y de hecho ha dado su primer fruto a mediados de noviembre.

Goyo me mandó una foto de la primera manzana Pink Lady, con su perfecto color rosado y de un tamaño estupendo, lo que es una gran noticia ya que el árbol fue sembrado hace menos de un año y no sabía con seguridad si se aclimataría bien a aquel terreno.

Sigo llevando distintas variedades de frutales, en Semana Santa llevé un Granado que logré enraizar desde estaca, y he decidido probar a ver si es capaz de aclimatarse. Allí no he visto ninguno, pero son árboles que en mi pueblo, que tiene un clima manchego bastante frío, aguantan perfectamente.

Y por supuesto, para esta Navidad ya tengo comprados un manzano Royal Gala y un Peral  Williams para transportarlos al pueblo, y no descarto comprar alguna variedad más antes de Año Nuevo.


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