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jueves, 11 de febrero de 2016

Asalto al Collado Verde: A la espera de señales

En agosto de 1977, dos naves interestelares fueron lanzadas en una misión nunca antes emprendida.

Las sondas Voyager 1 y 2 despegaron de Cabo Cañaveral e iniciaron un viaje que hoy, casi 40 años después continúa.

La Voyager 1 aprovechó una alineación planetaria para acortar su viaje, una carambola que se da cada muchos cientos de años y visitó los grandes planetas gaseosos, enviándonos imágenes impresionantes de Urano y Neptuno, hasta ahora las mejores de las que disponemos, y que no hemos vuelto a visitar.

Su paso por estos grandes planetas hizo ir aumentando su velocidad, hasta alcanzar la velocidad más grande alcanzada jamás por un artefacto humano, alrededor de 20 km/seg.


Cuando se encontraba más allá de la órbita de Neptuno, Carl Sagan, el famoso astrónomo y director de la misión, se empeñó en que la nave mirara hacia atrás y tomara una última foto de nuestro pequeño mundo, a más de 5 mil millones de km. Tras mucho insistir lo consiguió, pues había mucho miedo por que la lente de la cámara fuera dañada al mirar directamente al sol.



Esta histórica foto inspiró, poco antes de su muerte, su maravilloso libro "A pale blue dot" (un punto azul pálido), que recomiendo leer a todo el que le guste , como a mí, la astronomía.


A día de hoy, la Voyager 1 se encuentra a unos 20 mil millones de km, que es la distancia mayor a la que ha llegado un artefacto humano, y sigue alejándose a razón de más de 1,5 millones de km al día, casi 5 veces la distancia Tierra-Luna. Y cada vez que, tras casi 20 h de viaje, sus señales son recibidas por nuestros radiotelescopios, supone una alegría enorme por los responsables de este proyecto.

Si alguno está interesado a qué distancia están tanto Voyager 1 como 2, puede hacerlo en este enlace  http://voyager.jpl.nasa.gov/where/

Aunque pueda parecer una distancia abismal, a escala cósmica sigue a la vuelta de la esquina, concretamente a unas 19 horas-luz, tiempo que tardan sus transmisiones en llegar a nuestro pequeño planeta.

Prácticamente ha llegado al límite exterior del sistema solar, lo que se denomina heliopausa, fuera de la influencia solar, e iniciará su viaje por el espacio interestelar, por la llamada nube de Oort, lo que le llevará varios millones de años. Una vez agote su energía nuclear, sobre 2025, no podrá seguir mandándonos señales de su existencia, pero seguirá eternamente vagando por el espacio, mucho después que la especie humana haya desaparecido, o en caso contrario, de que hayamos emigrado a otros mundos pues el nuestro será inhabitable.

Quizá alguna inteligencia extraterrestre alguna vez la encuentre, y podrán descubrir en ella cómo es la raza humana, dónde vivimos, de qué estamos hechos y cómo somos. Qué música nos gusta, cómo son nuestras costumbres y todo ello en muchos idiomas diferentes, entre ellos el español.

¿Y por qué cuento esta apasionante historia?. Primeramente por que me apasiona la astronomía, y en segundo lugar por compararlo con nuestra experiencia personal, salvando las distancias.

El 28 de Agosto de 2015, día de San Agustín, dejamos en medio de la serranía conquense, donde "Cristo dio las tres voces", una estación solar autónoma. Pasaron varios días hasta que recibimos la primera comunicación con ella, cuando ya habíamos perdido la esperanza, indicándonos que estaba viva y con buena salud, aunque tenía problemas importantes.

Cada vez que recibíamos comunicación de la estación era un motivo de alegría, algo que sucedía muy pocas veces al día, nunca cuando estaba nublado. Posteriormente fuimos solventando problemas y logramos que las comunicaciones fueran mucho más fluidas, incluso logrando transmitir imágenes, algo prácticamente impensable.

Ahora esta estación funciona de una manera mucho más estable, aunque precisa de un mantenimiento aproximadamente bimensual, haciendo un mantenimiento "in situ", con copias de seguridad de los datos además de un mantenimiento a distancia. Afortunadamente el software meteorológico que estamos usando (WeeWx) no nos ha dado ni un solo error en los datos.

En la primera visita al Collado Verde esta navidad, bajo unas condiciones climatológicas infernales de lluvia y viento, dejamos instalada nuestra segunda estación solar. Tras comprobar que no lográbamos cobertura por posible malfuncionamiento del modem usb y tener estropeado el  controlador de desconexiones del sistema, decidimos llevarnos nuevamente la estación para seguir realizando pruebas.

Esto se hizo durante el  mes de enero, compramos otro modem y otro controlador de desconexiones. Todo el sistema se dejó funcionando durante un par de semanas desde Madrid, sin ningún tipo de fallos.

La semana pasada se volvió a trasladar todo al pueblo y Goyo lo instaló nuevamente en el Collado Verde. Se mejoró la cobertura del sensor con la consola, que a veces perdía la señal, extrayendo la antena interna de la consola y convirtiéndola en externa. La cobertura era perfecta.

En cambio, la cobertura telefónica, el nudo gordiano de todo este tinglado, nos está volviendo a amargar la existencia. Goyo conectó todo el sistema pero no logró cobertura, usando la misma antena que tenemos en La Veredilla, un sitio a priori de peor cobertura que el Collado Verde.

Finalmente optamos por dejar la estación en el rento y confiar en que tarde o temprano captara cobertura, algo que hasta ahora, 4 días después, no ha sucedido. Seguimos esperando recibir comunicación de la estación. Es una sensación similar a la de aguardar comunicación con una nave interestelar como las Voyager o la New Horizons y su reciente visita a Plutón.

Seguimos intrigados sobre el problema, pues en el rento suele haber cobertura de Vodafone, no excelente, pero suficiente para lo que necesitamos. Siempre que he visitado la zona he tenido cobertura en mi móvil. Y estamos usando una antena de alta ganancia.

Seguiremos esperando recibir algún tipo de comunicación con la estación, debería coger cobertura tarde o temprano. Si no logramos resolver este problema no tendremos más remedio que buscar otro sitio para instalarla. Pero eso no será antes de Semana Santa.

Yo había dejado un sensor RC-3 junto a la estación el día 5 de enero. Goyo recogió los datos el fin de semana pasado y son realmente buenos. Se comporta como un estupendo sitio de inversiones, aunque ya lo comentaré en otra entrada, haciendo una comparativa con La Veredilla y Zafrilla.

Y subo este comentario el día que se ha hecho público el descubrimiento de las ondas gravitacionales. Esto supone un avance tremendo en el estudio del Universo, pues se podrá estudiar mucho mejor ya que no nos basaremos exclusivamente en la luz o en las ondas de radio. Estas ondas son más parecidas al sonido, son vibraciones, aunque también se transmiten a la velocidad de la luz. Y nos permitirá estudiar objetos invisibles.

Curiosamente estas ondas ya fueron descritas por esa mente prodigiosa llamada Albert Einstein hace justo 100 años.

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