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jueves, 12 de mayo de 2016

Una vida en el aire

Aunque este blog trata preferentemente temas meteorológicos, de vez en cuando me gusta tratar otros temas de los que también soy aficionado, como son la observación de aves o la astronomía.

Sé que hay bastantes aficionados que siguen el blog, que también disfrutan de estos comentarios. Por eso hoy voy a comentar una de las aves que más me apasiona desde hace años.


Si preguntásemos a cualquier profano en la materia qué ave cree que pasa más tiempo volando, posiblemente nos diría el buitre, las águilas o algo por el estilo. Si se trata de un aficionado es posible que nos dijera el albatros viajero, que efectivamente pasa la mayor parte de su vida en el aire


Pero el ave que nos ocupa la tenemos mucho más cerca, y en estas fechas la podemos ver en cualquier ciudad española. Porque esta ave, al igual que el gorrión común, está íntimamente ligada al hombre, y difícilmente las veremos lejos de nosotros.

Seguro que la mayoría sabéis ya de quién se trata. Son los vencejos, de la familia de los ápidos, una especie distribuida por todo el globo y que en España está representada principalmente por 3 especies, el Vencejo Común, el Pálido y el Real, con representación cada vez más numerosa del Vencejo Cafre y el Moro.


Desde hace muchos años me han apasionado estas aves. Quizá por que aún se desconocen muchos aspectos de su vida íntima. Nos visitan en primavera, llegan de sus cuarteles africanos de invierno, aproximadamente en Marzo (ya cada vez un poco antes), y se suelen marchar a finales de agosto o primeros de septiembre.

Las ciudades son distintas cuando ellas llegan. Anuncian la primavera y alegran nuestras calles y plazas con sus chillidos. Es impresionante verlos evolucionar en el aire dando cabriolas, quiebros impresionantes, picados, remolinos y toda suerte de acrobacias. Los grupos de machos suelen ir tras las hembras emitiendo agudos chillidos en lo que se
denominan carruseles, tan típicos en los calurosos días del verano en cualquier ciudad.


Ocupan la mayoria de ciudades y pueblos, aunque no los veremos en pueblos demasiado altos, quizá porque toleran mal el frío o por la escasez de insectos. En Zafrilla no los he visto. Son típicos de las ciudades y pueblos andaluces, y mucho más abundantes por el sur.


Siempre me han fascinado estas aves, y me paso largas horas observándolas. En Córdoba, los vencejos comunes anidan en el bloque que tengo justo enfrente y continuamente acude a los nidos a aportar material  para su construcción y a alimentar a los pollos.

Este es el único momento de su vida en el que se posan, el de la crianza. El resto de su vida están en el aire.Se alimentan, beben, copulan, recogen material para el nido, y por supuesto duermen en el aire.

Esto último no se sabe aún muy bien cómo lo hacen, pero parece que mantienen parte de su cerebro activo, al igual que otros animales, desactivando otras partes, y van rotando. Lo que sí es evidente es que al ponerse el sol van tomando altura y se sitúan a gran altura para pasar la noche. Y justo antes del amanecer ya los tenemos de nuevo aportando comida a los pollos.


Los días calurosos del verano suelen retirarse de los nidos a mediodía y primeras horas de la tarde y acuden de nuevo a la caída del día para dar una nueva ceba a los pollos.

Siempre que visito Rute me gusta observarlos con detenimiento, y es algo que hago desde hace años. Tengo la suerte de que en el pueblo crían tanto los vencejos comunes como los pálidos, mucho más frecuentes en el sur. Me quedo embobado horas y horas observando sus evoluciones.


Me gusta observar ambas especies, realmente difíciles de diferenciar, algo que he conseguido con relativa facilidad tras muchas horas de observación. Hay que tener bastante experiencia  y paciencia para identificar ambas especies, ya que son muy parecidas.

Ambos vencejos se mezclan en vuelo y crían muy cerca , aunque hay algunas colonias únicamente de pálidos o de comunes. Me gusta fotografiarlos en vuelo y habré tomado más de 5000 fotografías de ellos. Es muy difícil fotografiar en vuelo estas aves, sobre todo con un teleobjetivo que junto con la cámara pesa unos 2 kg. Acabas con los brazos muy cansados. Y de todas las fotografías que he tomado, apenas unas cuantas han sido aprovechables, ya que es difícil que salgan en foco.

En las fotos es mucho más fácil identificarlos, aunque si no hay buena luz puedes tener algunas dudas.

Básicamente los comunes son más oscuros y menos rechonchos que los pálidos. La zona de la garganta y el píleo (la frente) de los pálidos es claramente más clara. Son más barrados por el cuerpo. La cabeza algo más gorda y las alas más anchas. La cola es menos ahorquillada, los aleteos son menos vivos, sus pitidos más roncos y son similares en ambos sexos, algo que no sucede en los comunes, con chillidos diferentes del macho y la hembra, un buen método para identificarlos. También los comunes hacen más cabriolas, son más inquietos, son más frecuentes los carruseles y también son mas chillones y ruidosos.

Enfín, son pequeñas diferencias que ayudan a su identificación, aunque a veces tienes dudas. Solo es cuestión de esperar a captar una buena posición del ave con buena luz para acabar identificándola.

Ellas no se equivocan, y aunque se mezclan en vuelo, cada oveja está con su pareja. Están juntos pero no revueltos. No participan de carruseles mixtos, no he visto que interaccionen entre ellos y no he encontrado datos de híbridos de ambas especies. Se ve que para ellos son muy diferentes.

En mis visitas a Rute, desde mi terraza me gusta tomar fotografías y este año he vuelto a hacerlo. Siempre tengo la ilusión de captar una que realmente me fascine, un fotón como decimos nosotros, pero ninguna me satisface. De todas formas pongo algunas de las mejores de este año.

Estas aves tienen un cuerpo diseñado exclusivamente para volar. Esta semana encontré un vencejo común que había caído al suelo, y no podía levantar el vuelo. Sus alas son tan grandes y sus patas tan sumamente cortas que es imposible que se eleven. Paré el coche, y cogí el vencejo de la calle, en pleno asfalto, que hubiera sido aplastado irremediablemente. Estaba parcialmente mojado por las lluvias de estos días y semidormitando. Tengo que decir que estos días era impresionante verlos volar sin dificultad alguna en plena tromba de agua. Simplemente se sacudían el agua de su cuerpo ya que sus plumas no son impermeables. Pero parecían disfrutar del chaparrón.

Sus garras eran impresionantes y se me clavaban en la carne como cuchillas. Era difícil despegarlo si se agarraba a algún sitio.Sus alas eran finas y tan largas que superaban la longitud del cuerpo incluida la cola. Un auténtico misil volador. Dejé que entrara en calor y se recuperara casi una hora, que secara sus plumas, y comenzó a entrar en actividad. Sus redondos y grandes ojos impresionaban.

Lo llevé a un gran prado, camino de Trassierra, sin obstáculos alrededor y lo lancé con fuerza hacia arriba, hacia un grupo de vencejos comunes que sobrevolaban la zona capturando insectos.

Fue maravilloso verlo elevarse como uno más, volando sin problemas, como solo ellos saben hacer. Se sacudió un par de veces  y se unió a sus compañeros sin ningún problema. Fue una gozada.

Ya me ha ocurrido en algunas ocasiones y siempre he conseguido devolverlos a su medio natural, el aire. Si alguna vez encontramos alguno en el suelo, que ha podido caer del nido o por algún choque con alguna estructura, debemos hacer lo mismo. Los pollos salen del nido totalmente emplumados y listos para volar. Solo hay que ayudarlos a coger altura.

Si tomáis algún café en cualquier plaza o ciudad sobre todo del centro y sur peninsular, observad aunque sea por unos minutos estas maravillosas aves. La mayoría de la gente no les presta atención e incluso puede pensar que solo emiten ruidosos chillidos.

Pero pensad que gracias a ellos nuestra existencia es mucho más cómoda, porque es innumerable la cantidad de insectos que capturan. Muchos de ellos son los que te fastidian de noche picándote por todas partes. No pueden ser más beneficiosos.

Observadlos y disfrutar con el ave que se pasa toda su vida en el aire. Los pollos desde que salen del nido hasta que son sexualmente maduros no se posan. Y para eso se necesitan un par de años.

Impresionante, ¿no creéis?

Pongo unas fotos tomadas hace unos días. Seguro que no hace falta decir qué especie es cada foto. Con los datos que he dado seguro que ya las diferenciáis tan bien como yo.



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